jueves, 29 de septiembre de 2016

El gato de Schrödinger.

A mi madre, que no lo entendería (¿O sí?)

Erwin Schorödiger afirmaba que mientras no abriéramos la caja, el gato que habitaba su interior permanecería vivo y muerto simultánea y continuamente, sólo al retirar la tapa y observar su contenido, el felino adoptaría súbitamente uno u otro estado, estando sólo vivo o sólo muerto.
Supongo que el eminente físico, al igual que sus colegas Werner Heisenberg y Niels Bohr entre otros, estaba equivocado, pues cuando abrí la caja, el gato mostraba un consolidado rigor mortis, como de 24 horas, sin embargo seguía lleno de vida.
Ese día una brisa suave y apacible, llevaba con ternura algunas hojas hacia la tierra leve del Otoño, las uvas maduras estaban llenas de futuras Primaveras y casi todo era hermoso.
Cuando no llueve, las lágrimas son una buena alternativa para regar el huerto donde germinan los gatos.

La vida, como la materia y la energía que la forman, no se destruye nunca, se transforma siempre.

Las  fotografías correspondientes a esta entrada son impublicables. Lo siento.
... Bueno, alguna sí que puedo poner.

          



El gato está vivo

5 comentarios:

  1. ¿Qué decir, amigo, ante estos trances y tránsitos de la vida y la “no-vida”? ¿Qué certezas o impulsos, ciertos o inciertos, nos mueven en la rutina diaria? ¿Qué pensar de lo eterno o lo infinito?
    Somos, tan poca cosa y a la vez tanto que, una vez más la contradicción aparece y yo me difumino y me pierdo.
    Un fuerte abrazo amigo. Un placer leerte, como siempre.

    Isabelo

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  2. ¿Qué decir, amigo, ante estos trances y tránsitos de la vida y la “no-vida”? ¿Qué certezas o impulsos, ciertos o inciertos, nos mueven en la rutina diaria? ¿Qué pensar de lo eterno o lo infinito?
    Somos, tan poca cosa y a la vez tanto que, una vez más la contradicción aparece y yo me difumino y me pierdo.
    Un fuerte abrazo amigo. Un placer leerte, como siempre.

    Isabelo

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  3. Tu madre hace una semana o hace un año tal vez no lo entendería, hoy seguro que sí.
    Un abrazo, Floren.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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