A parte de acompañar a la Tierra
en su continuo viaje alrededor del Sol, a este en sus paseos por la
galaxia, a esta en sus desplazamientos
por el barrio cósmico y a to lo que se menea en el Universo, la Luna tiene una
variada colección de movimientos
propios.
Algunos de ellos son demasiado
complicados para mí y, aunque me he intentado documentar, no acabo de
entenderlos bien.
No obstante, y puesto que el 25%
de las personas que han visitado este espacio me han pedido que toque el tema,
voy a intentar hacerlo, ya sea someramente y avisando que el asunto es de una
complejidad que supera mis limitadas posibilidades.
En primer lugar cabe decir que
la órbita de la luna está expuesta a la influencia gravitatoria no sólo de la
Tierra, sino también del Sol, de los planetas cercanos e incluso de las fuerzas
de marea en su íntima relación con nuestro mundo. Todo esto hace que la elipse
en cuestión , de baja excentricidad por cierto, sea bastante inestable
comparada con otras. Si bien sus variaciones no son caóticas en nuestra
percepción del tiempo y del espacio. Como ejemplo de estas escalas diré que,
según me han dicho, la órbita lunar (y por tanto el satélite) se aleja de la tierra
3,8 centímetros por año. Sí, la Luna se va, no nos soporta, aunque lo hace con
tan exquisita discreción que no lo notaríamos si no hubiéramos puesto espejos
en su superficie para medir con precisión de laser su lentísima fuga.
Este casi imperceptible alejamiento
es uno de los movimientos de la Luna.
Otros son los consabidos de rotación sobre su eje y de
traslación circunterrestre. Pero hay
bastantes más, y bastante menos consabidos. No voy a hablar de todos, pero voy
a intentarlo con algunos.
Rotación:
La Luna da una vuelta completa
alrededor de su eje cada 27,32 días, lo que se considera un mes sidéreo.
Traslación:
En el mismo tiempo (27,32 días)
el satélite completa una vuelta alrededor de la Tierra, sincronía responsable
de que siempre veamos una misma cara del
astro, y nunca la otra.
Dado que en este tiempo la
Tierra no detiene su permanente viaje alrededor del Sol, la duración relativa
del recorrido orbital de la Luna es de 29,53 días (mes sinódico*), tiempo en el
que se completan las cuatro fases.
La velocidad de la luna en su traslación
alrededor de la Tierra es variable debido a la excentricidad de la elipse. Va
de los 3479 Km./h. en el apogeo, punto más alejado (406000 Km.), a los 3873,6 Km./h. en el perigeo, punto más
cercano (356000 Km.)
La dirección es de Oeste a Este,
y si la vemos siempre recorriendo el camino contrario es por causa de la
rotación terrestre.
Libración:
La total sincronía entre la rotación
y la traslación del satélite sólo nos permite ver, en teoría, un 50% de su
superficie, y siempre el mismo. Sin embargo existen unas oscilaciones relativas
que hacen ocasionalmente visible algo
más del 50% de la superficie lunar, concretamente el 59%. Se llaman Libraciones, y
se conocen varias.
Hay una libración en longitud,
otra en latitud y otra llamada libración diurna. La primera se debe a la
excentricidad de la órbita, que hace variar la velocidad del satélite en su
recorrido sin alterar la de rotación, lo que crea un ligero desajuste Este-Oeste
de hasta 7º 54´ entre ambos movimientos.
La segunda es debida a la inclinación del eje lunar sobre su plano orbital y
produce una oscilación Norte-Sur de 6º50´. La tercera la produce la propia
rotación terrestre, que hace que a lo largo del día pasemos de mirar desde un
lado de la línea que une los centros de los dos astros, a mirar desde el otro.
Donde mejor se aprecia a simple
vista el efecto de la libración es en el Mare Crisium, también llamado Lágrima
del Este. En ocasiones, durante las fases creciente y llena, podemos ver que
esta formación toca el limbo lunar, mientras que otras veces queda un poco más
dentro.
Ascendencia y descendencia:
A lo largo del año vemos que el
arco que el sol describe en sus tránsitos diurnos por el cielo se va haciendo
más grande a partir del solsticio de Invierno. En el medio día del solsticio
estival, el astro alcanza su máxima altura y extensión sobre el horizonte
meridional. Es decir, su máxima declinación. A partir de ese día, el arco irá
menguando. Lo hará durante seis meses, hasta que llegue nuevamente el solsticio
de Invierno. Así podemos decir que el Sol tiene un ciclo ascendente y otro
descendente, y que entre ambos abarcan un año. Este efecto se debe a la inclinación
del eje terrestre con respecto al plano de la Eclíptica, y da lugar a las
estaciones. Con la Luna sucede lo mismo, sólo que el “año” lunar dura 28 días.
Dado que el plano de la órbita lunar también está inclinado con respecto a la
Eclíptica, a lo largo de estos 28 días podemos ver cómo el satélite asciende y
desciende sobre el horizonte, ganando altura durante catorce días y perdiéndola durante
los otros catorce para reiniciar el ciclo. El fenómeno se conoce como “Luna
ascendente” y “Luna descendente”.
Se toma muy en cuenta en
diversas actividades humanas, especialmente en algunas prácticas agrícolas,
pues se cree que estos ciclos influyen en el desarrollo de las plantas. A veces
se confunde con las fases lunares, se asocia la ascendencia con la fase
creciente y la descendencia con la menguante. No es así pues hay otros
movimientos, como la retrogradación de la línea de nodos o el avance del perigeo,
que hacen que la coincidencia con las fases sea también rotativa.
Retrogradación de la línea de
Nodos:
El plano orbital de la Luna está
inclinado, como vengo diciendo, respecto al plano de la Eclíptica, por lo que
la órbita lunar cruza en dos puntos el plano en el que orbita la Tierra alrededor
del Sol. Estos puntos se llaman Nodos: Nodo ascendente y Nodo descendente.
Su posición en la órbita lunar es variable.
Retroceden con una velocidad inconstante y completan una vuelta cada 18,6 años.
Los eclipses sólo se producen cuando la luna pasa por estos puntos.
Lunasticios:
El lunasticio es un fenómeno
derivado de la ya mentada retrogradación de los nodos. La inclinación del plano
orbital de la luna sobre la Eclíptica no es constante, oscila como si se balanceara.
Algo así como lo que hace una moneda al caer al suelo antes de detenerse.
Esto hace que la Luna vaya
incrementando sus variaciones en declinación (Máximas y mínimas) a lo largo de 9,3 años, y reduciéndolas
durante otros tantos. El ciclo completo, por tanto, dura 18,6 años. La máxima
variación (+28, 64º -28,64º) se produce en los llamados Lunasticios Mayores. Y
la mínima (+18,36º -18,36º), en los Lunasticios Menores.
Parece que el fenómeno ya era conocido
en el neolítico y la Edad del Bronce, y parece también que debió tener un especial
significado para aquellas gentes, pues lo tuvieron en cuenta a la hora de
erigir algunos monumentos megalíticos, especialmente en gran Bretaña e Irlanda.
Queda bastante tema, pues el
asunto es largo y complicado como avisé al principio, y pese a que he procurado
aliviarlo de cifras y de datos, así como resumirlo en lo posible, reconozco que
esto ya es mucho rollo, y concluyo sin más.
*La diferencia entre “Sidéreo” y
“Sinódico”, en lo relativo a los periodos orbitales es que Sidéreo es el
periodo absoluto del astro en cuestión y Sinódico el relativo al propio
movimiento de la Tierra.
Así, por ejemplo, el periodo
orbital sidéreo de Júpiter es de 11,9 años (tiempo real que tarda en completar
una vuelta a alrededor del Sol), y su periodo sinódico es de 399 días (tiempo
que transcurre entre una oposición y la siguiente del gigante gaseoso con la
Tierra. Es decir, el tiempo en que nuestro planeta, después de haber completado
una vuelta al Sol vuelve a encontrase en la misma posición relativa con el
otro).
¡Vaya con la vecina de arriba!
ResponderEliminarHe intentado imaginarme (con la poca imaginación que tengo), con bastante esfuerzo y algún éxito, todos esos movimientos simultáneos, observando desde algún punto, pongamos, intermedio entre el Sol y la Tierra (o mejor, entre la Tierra y la estrella Polar, no vaya a ser que mi sombra cause algún desfase), y a una velocidad perceptible por el ojo humano (sin tener que esperar esos 18,6 años) y casi me mareo.
En fin..., que echaremos de menos tanta vitalidad cuando la vecina se mude.