lunes, 7 de noviembre de 2016

Tiempo de Orión

Orión continúa persiguiendo a las Pléyades por los cielos.
El Toro sigue interponiéndose entre el cazador y las jóvenes estrellas objeto de su deseo. No hay avances apreciables en el antiquísimo lance, ni retrocesos. Nada ha cambiado en esta escena, al menos desde los tiempos a que alcanza la memoria de la humanidad.

(“¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, o desatar las ligaduras de Orión?”  Libro de Job, Capítulo 38, versículo 31)

Pero no voy a engolfarme con las mitologías antiguas, ni con las modernas revelaciones que sitúan en esas hermosas estrellas la guarida de horribles seres grises, antropomorfos (como no podía ser de otra manera) pero bajitos, feos y deformes, cuya principal ocupación consiste en abducir inocentes terrícolas para operarlos, sepa usted de qué ni con qué fin, en sus quirófanos siniestros. Sin que exista constancia de análisis preoperatorios, ni más convalecencia que un discreto borrado de los recuerdos de la estancia en sus naos. Tratamiento este último no muy eficiente, al parecer, pues algunos explican con pelos y señales lo que les vino a acontecer en el nefando percance de la abducción, y aun exhiben ciertos artificios que, de industria, les fueron implantados en las carnes antes de devolverlos a sus cotidianas faenas terrenales, que ahora incluyen el pormenorizado relato de los hechos en los foros habilitados para tales discursos.

Constelación de Orión entre nubes terrestres.
No, no voy a hablar de esto, no más de lo que ya lo he hecho. Tampoco voy a dar la brasa con datos astronómicos, distancias, magnitudes, composiciones ni cosas por el estilo. Para eso están los libros. Bueno y la Wiki, al menos mientas viene o no viene la gran tormenta solar que anuncian los augurios de moda. Dicen que si sucede tal como es de esperar nos dejará sin luz eléctrica durante un tiempo. De acontecer tal caso, recomiendo encarecidamente aprovechar la ocasión para contemplar el cielo nocturno. Si está despejado y es Otoño o Invierno, se podrá ver el precioso espectáculo que sigue dando Orión noche tras noche, de forma gratuita, en las inmediaciones del ecuador celeste, y por tanto para los dos hemisferios, con su vistoso cinturón, también conocido por  “Las tres Marías” (Alnitak, Alnilam  y Mintaka), con la gigantesca y anaranjada Betelgeuse, con Bellatrix, Saiph, Rigel y Hatsya. Y con la relativa vecindad de las citadas Pléyades (a las que dedicaremos una generosa entrada), de Aldebarán y de Sirio, la más brillante estrella de nuestro cielo, después del Sol.
Entre los astros de Orión hay una gran abundancia de nebulosas de todo tipo: De emisión, de reflexión y oscuras. De hecho toda la constelación está envuelta en una gigantesca nube, con zonas tenues como el inmenso arco de Barnard, la nebulosa de reflexión M78 o el Mago; con emblemáticas nebulosas oscuras, como la Cabeza de Caballo, y con objetos luminosos fáciles de ver, como la nebulosa de la Flama, la de Mairan y, sobre todo, la Gran Nebulosa de Orión.
Cualquiera que se inicie en la afición a la observación o a la fotografía de cielo profundo, tiene una obligada y pronta cita con la Gran Nebulosa de Orión, también conocida como M42 por ser el objeto 42 del célebre catálogo Messier. Puede verse a simple vista, y con un sencillo equipo fotográfico podemos sacarle los colores en breves segundos de exposición.
Yo, que debido a las limitaciones de mi equipo, tengo que conformarme con los objetos más accesibles, encuentro en esta constelación una especie de Parnaso de la astrofotografía, y la frecuento mucho. Podría exhibir un álbum con las imágenes que he tomado de la Gran Nebulosa, pues son numerosas y variadas en calidades (Van de muy malas a regulares, aunque alguna hay aceptable para el nivel del material) Pero, para no saturar, voy a dejarlo en un botón muestra.
Esta es la más reciente, y primera de la presente temporada.
En ella puede verse M42 (la Gran Nebulosa de Orión). Adherida a ella, y como figurando una cabeza de ave, a la izquierda está M43 (La Nebulosa de Mairan) y un poco más a la izquierda brilla la nebulosa “Running Man” (Corredor), que tiene asignado el número 1977 en el Nuevo Catálogo General, NGC por sus siglas inglesas.

Bajo la imagen pongo los datos de la toma, cosa que gustan ver los aficionados, bien para aprender, bien para criticar, bien para corregir, bien para comentar o más bien para chichorrear, aunque siempre de buen rollo. 

M42 031116
Lugar: Camuñas (Toledo)
Fecha de la toma: 03/11/2016
Montura: Orión Skyview Pro.
Telescopio: Sw ED 80/600 con reductor de focal 0,8X
Cámara: Canon 600D modificada.
Guiado: Lunático, Cámara Luna QHY5 II
Filtro: UHC-S para reducir la contaminación lumínica (toma urbana)
Exposición: 12 tomas de 300" + 10 tomas de 20" para compensar la sobreexposición del núcleo. Sin Darks, Flats ni Byass.
Apilado: DSS
Procesado y postprocesado: Startools y PS.




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