jueves, 7 de diciembre de 2017

Sirio

Con una magnitud aparente de -1,46, Sirio es la estrella más brillante del cielo, después del Sol.
Esta cualidad ha atraído hacia el astro la atención de todas las culturas humanas, con especial relevancia histórica en el antiguo Egipto, donde se elaboraron calendarios basados en el orto helíaco de la estrella, pues esta efeméride venía a coincidir con las inundaciones periódicas del Nilo.
Su nombre procede de un vocablo griego traducible por “Seirius”, cuyos precedentes, al decir de algunos expertos, están relacionados con el dios egipcio Osiris.
Se encuentra en la constelación del Can Mayor, a una distancia relativamente corta de nuestro sistema solar (8,6 años luz) y conforma, junto con Betelgeuse y Proción, el asterismo conocido como Triángulo del Invierno.
Su masa es aproximadamente 2 veces la del Sol, y su diámetro también se acerca a duplicar el de nuestra estrella.
Sirio es un sistema estelar doble o binario, la brillante estrella azulada viaja por el espacio-tiempo acompañada de una enana blanca conocida como Sirio B, cuyo tamaño es similar al de nuestra Tierra, siendo su masa como la de nuestro Sol, por lo que su densidad es altísima. Un fragmento de esta estrella con el tamaño de un teléfono móvil medio, pesaría en la Tierra unas 15 toneladas y vendría resultando algo incómodo de llevar en el bolsillo.
Como curiosidad se ha de decir que existe un pueblo  en el país africano de Mali, que desde la remota antigüedad parece conocer la existencia de Sirio B. Considerando que esta estrella fue descubierta por Alban Clark y su hijo cuando estaban construyendo y probando un gran telescopio refractor en enero de 1862, no deja de ser curioso esto de los dogones, que así se llama el referido pueblo, cuyo misterioso conocimiento, a mayor abundancia del enigma, afirma la existencia de una tercera estrella en el sistema. Sirio C, la nombraríamos caso de encontrarla. Ellos la llaman Sol de las Mujeres y, de existir, sería posiblemente una enana roja.
A día de hoy no se ha encontrado esta tercera estrella, si bien se publicó un sólido indicio en 1995, año en el que los astrónomos franceses Daniel Benest y Jean Louis Duvent, concluyeron que las anomalías orbitales del sistema binario eran coherentes con la presencia de ese desconocido tercer miembro de la familia.
Sea como fuere, Sirio brilla en los cielos invernales, y en numerosas noches ofrece un espectáculo centelleante y multicolor para gozo y disfrute de las gentes que quieran entretener un rato en contemplar los cielos del sur.
Aquí dejo la primera fotografía en la que he conseguido (ardua y fría labor) desdoblar el sistema y atrapar la muy liviana luz de Sirio B.


Datos de la imagen.
Toma única.
Lugar de la toma: Camuñas
Telescopio: Mak 180/2700
Cámara: Canon 70D a foco primario
Filtro: UHC-S
Exposición: 3,9” A 3200 ISO


Por último expongo una representación gráfica  de la trayectoria y el tiempo de su órbita. 

3 comentarios:

  1. Gracias Floren por seguir ilustrándonos en estas cosejas del cosmos.
    ¿A qué fenómeno se debería ese centelleo que refieres? ¿Sería atmosférico o de la propia estrella?

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  2. Gracias a ti, Isabelo, por visitar este casi abandonado blog.
    Las estrellas titilan debido a las diferencias y fluctuaciones de temperatura en las diversas capas de la atmósfera. Estas variaciones producen distintos índices de refracción de la luz, lo que genera el efecto.
    Es, por tanto, la atmósfera, no la estrella. Por eso, dependiendo de la estabilidad térmica del aire, unas noches titilan más y otras menos.
    Los planetas, al tener un tamaño aparente mayor, no participan de la fiesta.
    Espero haber disipado tu duda.
    recibe un cordial saludo.

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  3. Muchas gracias Floren. La duda ha quedado resuelta totalmente.

    Muchas gracias y feliz solsticio de invierno.

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